27 de Julio de 2020
Las medidas de aislamiento social, además de evitar los contagios para proteger a la población y disminuir considerablemente la cantidad de muertes, creó problemas económicos, laborales y sociales.
La cuarentena tiene una gran repercusión en gran parte de la población, especialmente sectores populares, trabajadores precarizados, cuentapropistas y familias de escasos recursos. Los jóvenes se sostienen en el día a día sin posibilidades, ingresos ni trabajo estable. Las restricciones de acceso al trabajo impactaron fuertemente en las necesidades de alimentación y hoy proliferan iniciativas de comedores y reparto de viandas.
La pandemia provocó, a su vez, la inmediata suspensión de las clases presenciales en todo en el país: 10,5 millones de niños, niñas y jóvenes dejaron de asistir a la escuela. Esto también afecta el acceso a alimentación, ya que el 70% de escuelas de gestión estatal proveen alimentos diarios.
El proceso educativo se mantiene por medio de estrategias virtuales, pero por dificultades de acceso a dispositivos y conectividad muchos alumnos ven limitadas sus posibilidades de continuidad: 18% de niños/as entre 13 y 17 años no cuenta con conexión a internet en la casa y el 44% no dispone de dispositivos electrónicos.
Muchos hogares vieron también incrementadas las desigualdades preexistentes en relación a los derechos laborales de las mujeres. En los hogares más vulnerables la saturación de actividades recae sobre las madres (76%) que, además de sostener las actividades domésticas y la provisión de alimentos diarios, ahora deben acompañar las tareas escolares. También a niñas y jóvenes se les sumó el cuidado de la casa y de hermanos menores, reforzando una marcada disparidad de derechos de género.
La pandemia afecta de forma global, regional y doméstica a toda la población, y pone de manifiesto muchas problemáticas. Aparece la necesidad de revisar los derechos imprescindibles para los sectores más sufridos de la sociedad, atendiendo especialmente a las infancias y juventudes. Por los Jóvenes es miembro de PAMPA (Plataforma Argentina de Monitoreo para la Agenda 2030), una articulación multisectorial que trabaja por la difusión y el cumplimiento de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas).
Trabajando articuladamente con agencias estatales, organismos internacionales y la sociedad civil (sindicatos, empresas, ONG, organizaciones de la fe, etc.) tomamos el compromiso real de “No Dejar A Nadie Atrás” y promover el desarrollo social, medioambiental y económico.
Fuente de los datos cuantitivos: PNUD Argentina, Análisis inicial de las Naciones Unidas. Covid-19 en Argentina: impacto socioeconómico y ambiental, actualizado 19/06/2020