16 de Octubre de 2020
Cada 17 de octubre se celebra el Día internacional para la erradicación de la pobreza, una deuda que sigue pendiente.
Fin de la pobreza es el Objetivo de Desarrollo Sostenible N°1 de las Naciones Unidas, una meta con miras al 2030. Si el cumplimiento de la misma era de por sí complejo, con los efectos de la pandemia - a nivel sanitario y económico - cada vez es más difícil.
Pobreza en el mundo y en Argentina
La pobreza extrema se estaba reduciendo progresivamente, en una tendencia que se sostenía año a año. No obstante, ya antes de la pandemia se había desacelerado este proceso; con la crisis actual se revertirán casi todos los avances logrados en los últimos cinco años.
Se estima que el COVID-19 empujará a entre 88 y 115 millones de personas a la pobreza extrema este año, afectando probablemente a entre 9,1 % y 9,4 % de la población mundial (en 2021 llegaría a 150 millones).
Si se considera la pobreza como un índice multidimensional, con variables como acceso a educación de calidad, atención de la salud, electricidad, agua potable y otros servicios esenciales, la proporción de pobres es aún un 50 % más alta.
En Argentina la situación presenta también indicadores preocupantes. Durante el primer semestre de 2020 la pobreza alcanzó al 40,9% de la población (18,5 millones de personas) y la indigencia al 10,5% (4,7 millones). Esta realidad afecta al presente y también al futuro, ya que alrededor del 56,3% de los niños, niñas y jóvenes de 0 a 14 años son pobres, al igual que el 49,6% de los jóvenes de 15 a 29.
El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina proyecta que esta situación aún puede agravarse este año: la tasa de indigencia podría llegar al 13,6% de la población y la tasa de pobreza al 47,2%.
Una meta vigente
Los números son muy elevados pero aún el ODS 1 es un horizonte que siempre nos pondrá en marcha. En el contexto previo al COVID-19 ya era urgente promover el presente y futuro de los jóvenes a partir de acciones educativas, formativas y sociocomunitarias.
En el contexto actual de pandemia, por su parte, al profundizarse con rapidez las necesidades también las respuestas debieron adoptarse velozmente. Distribución de alimentos, cocinas comunitarias y el sostenimiento de las actividades educativas son algunas de las acciones con las cuales se busca seguir acompañando a los más vulnerables. Conscientes de que reducir la pobreza en el presente es una condición para lograr un mejor futuro, Por los Jóvenes - Don Bosco afianza su compromiso con la causa.
Fuentes:
http://uca.edu.ar/es/noticias/pobreza-mas-pobreza