26 de Agosto de 2020
Desde marzo hasta hoy, gracias a tantas colaboraciones, pudimos ayudar. Y vamos a seguir”, cuenta el salesiano Lucas Mautino.
La primera comunicación con el salesiano Lucas Mautino, de la comunidad de Curuzú Cuatiá, fue a mediados de abril. Con un amplio trabajo en red, contaba cómo Don Bosco repartía módulos de alimentos a 60 familias, buscando llegar a 60 más.
Hoy, cuatro meses después, la asistencia continúa, señala el hermano Lucas. Son unas 100 las familias a las que se asiste con bolsones de alimentos, con aportes que han venido del Estado, de otras obras salesianas, de Cáritas Nacional, e incluso del exterior. Y también de la propia comunidad de Curuzú Cuatiá.
A esta tarea se suma el comedor Madre Teresa: “Funciona toda la semana. Algunos días se da leche, porque no nos alcanza para cocinar todos los días. Se asiste mucho, más de veinte familias. Cada familia tiene entre cinco y seis chicos… son unas 120 personas. Se hace como se puede, por eso no siempre se cocina”, relata Lucas.
Y el objetivo es seguir ayudando: “Desde marzo hasta hoy, gracias a tantas colaboraciones, los pudimos ayudar. Y vamos a seguir todo el tiempo que se requiera”.