24 de Agosto de 2022
“Todo joven tiene una fibra sensible al bien”, decía Don Bosco. La educación es la herramienta para que pueda manifestarse.
La propuesta educativa de Don Bosco se caracteriza por una visión optimista y humanista de la tarea de acompañar en el crecimiento a niños, niñas y jóvenes.
Decía Don Bosco que “todo joven tiene una fibra sensible al bien”. Por eso, por más estropeado que pueda parecer, por muy difícil que haya sido su existencia, por muchos golpes y exclusiones vividas, es capaz de crecer y de construirse como persona libre y responsable.
En nuestras Casas Salesianas los educadores intentan encontrar ese punto desde el cual llegar a su corazón lastimado y empezar la labor educativa. “La educación es cosa del corazón” es otro de los pilares de la propuesta pedagógica salesiana, la cual se caracteriza por un modo de hacer alegre a los demás y de estar alegres. Porque la alegría es manifestación de la felicidad que aporta una vida plena, arraigada en valores plenamente humanos y profundamente religiosos.
El estilo educativo de Don Bosco parte del trato cordial, afectuoso y abierto entre educadores y jóvenes. En la educación salesiana es a partir del afecto que se corrige y se educa a los jóvenes en su totalidad. Esa fibra sensible al bien provoca cambios duraderos a lo largo de toda la vida, una buena integración personal, inclusión social y ciudadana, y apertura a los demás y a la trascendencia.
En la obra salesiana la educación se comparte en cada rincón de la Casa. Es Aula, Patio, Escuela y Parroquia, siempre atenta a las necesidades y demandas de los jóvenes más vulnerables. Educar en el presente es el gran acto de transformación del futuro, es una enseñanza que deja huella para el resto de los días. Por eso la escuela de Don Bosco es una escuela que educa para la vida.