27 de Octubre de 2023

Escuelas agrotécnicas, donde se siembra futuro

Son una de las propuestas distintivas de la obra educativa de Don Bosco, que se distribuyen de norte a sur con estilo pedagógico salesiano.

Cambian las épocas, los lugares. Pero hay cosas que permanecen iguales. “De la época en que estudiaba acá lo que más me queda es la amistad. Hoy abrazo a mis compañeros como hermanos” (Mauricio, exalumno en Río Grande). “El vínculo con los compañeros y profesores es diferente, no todas las escuelas lo tienen. Siempre hay alguien para ayudarte” (Clara y Nicolás, estudiantes en Del Valle).

Ellos son de generaciones y ciudades diferentes, y aún así las sensaciones son idénticas. Así ocurre desde 1893, cuando en Río Grande, Tierra del Fuego, se puso la piedra fundacional de las escuelas agrotécnicas salesianas (EAS). Hoy son un pilar distintivo y característico de la propuesta educativa de Don Bosco en Argentina.

Distribuidas en todo el país desde hace más de un siglo, actualmente son 8 establecimientos donde se elaboran productos basados en economías regionales. Hay 3 en Buenos Aires (Ferré, Uribelarrea y Del Valle), 2 en Córdoba (Río Cuarto y Colonia Vignaud) y una en Mendoza (Rodeo del Medio), Misiones (San José) y Tierra del Fuego (Río Grande).

A ellas se suman dos Centros de Formación agropecuaria en el ámbito rural (en Venado Tuerto y Tandil).

Posibilitan a los jóvenes estudiar en sus lugares de origen, brindan oportunidades a quienes viven en zonas rurales y les permiten aprender desde las prácticas productivas para que tengan un medio de sustento en el futuro.

Los productos elaborados en cada una varían en función de las zonas agroproductivas donde se ubican, de la capacidad instalada y de la especificidad de los planes de estudios. Entre los mismos se destacan el dulce de leche, vinos, aceite, yerba mate, quesos, embutidos, miel y conservas.

El valor de la propuesta salesiana radica en que los productos, que cumplen con altos estándares de calidad y han sido premiados en concursos internacionales, son elaborados por los estudiantes, quienes participan de todo el proceso productivo, desde la materia prima hasta la góndola. De esa manera el proceso de aprendizaje se realiza en los variados momentos del trabajo de campo.

Esto sin descuidar el trato humano, cercano y familiar, que hacen que las EAS sean Casa, Patio, Escuela y Parroquia.