27 de Agosto de 2020
Para los voluntarios de los Exploradores la duda no era si “ayudar o no”, si no cómo seguir haciéndolo.
Cada sábado, los chicos y chicas del barrio Belgrano encontraban en las actividades de los Exploradores un lugar donde hacer amigos, formarse en valores y disfrutar de juegos y campamentos. Con la pandemia, además de suspender las actividades, las familias de la comunidad y los vecinos vieron afectadas sus fuentes de trabajo.
En Paraná, Entre Ríos, la decisión a tomar por los voluntarios del Batallón N°49 de Exploradores de Don Bosco no era si “ayudar o no”, si no cómo seguir haciéndolo. “Hay una opción —dice Andrea, una de las madres voluntarias—: estar siempre listos”, haciendo referencia al lema del grupo.
Comenzaron el 23 de marzo entregando una merienda y algo para “picar” en la cena. Pero con el tiempo, las necesidades crecieron. Hoy están sirviendo unos quinientos platos de comida cada fin de semana, contemplando la merienda y la cena del sábado, y el desayuno del domingo.
“Generalmente cocinamos en nuestra sede, aunque también hemos realizado entregas de frescos (pollo, verduras, frutas) y secos (arroz, fideos, polenta) para que las familias cocinen. Si las personas no tienen para cocinar, algunos vecinos o exploradores se los acercan luego de cocinarlos en sus hogares”, comparte María José, una de las jóvenes voluntarias. También realizan entregas de lavandina, jabón, barbijos y espirales para mosquitos, junto con folletos informativos.
Hoy el desafío es darle continuidad a esta actividad, que se sostiene gracias al trabajo y apoyo de amigos, familiares y algunas organizaciones que generosamente brindan alimentos. “Vamos a seguir trabajando y haciendo todo lo que tengamos a nuestro alcance para que los niños puedan tener su desayuno, su almuerzo y su merienda de todos los fines de semana”, agrega Andrés, otro de los voluntarios.
Fuente: María José Zinoni