11 de Marzo de 2019
La escuela, además de la posibilidad de aprender, tiene valor como espacio social en el que chicos y chicas comparten experiencias con otros de su edad.
Todos los jóvenes deben poder ir a la escuela. La importancia de que se haga efectivo el cumplimiento de este derecho radica en varias dimensiones, siendo la principal y más clara la posibilidad de aprender y formarse.
Hay otra dimensión de la educación que es también muy significativa. Es la de la escuela entendida como espacio social.
En el ámbito educativo formal, chicos y chicas comparten tiempo y experiencias con otros de su misma edad. Esto quiere decir que, a partir de la particularidad de cada uno, hay intereses comunes, así como temores, dudas, expectativas y problemáticas propias de la etapa en la que se encuentran sus vidas.
La relación con los pares es una condición indispensable para el desarrollo y crecimiento de una persona. En la escuela se producen encuentros y desencuentros, negociaciones, reciprocidades, diferencias y, principalmente, vínculos que se construyen en la interacción de unos con otros.
Además, chicos y chicas comparten reglas y códigos propios, que coexisten con los que reciben de educadores, educadoras y la propia institución, y que incorporan a, y desde, sus propias trayectorias personales. Más que en sentido normativo, son reglas y códigos que regulan las relaciones humanas, la convivencia y el intercambio interpersonal.
La relación que establecen los jóvenes entre sí, con educadores y educadoras, directivos y el resto de las personas que participan en la escuela es parte central de su crecimiento. Les brinda herramientas para, a la vez que conocen a los demás, hacerlo consigo mismos.
En la interacción cada joven desarrolla su personalidad, comprendiendo sus capacidades y debilidades, al mismo tiempo que asume con naturalidad el respeto por las diferencias.
El valor social de la escuela trasciende la etapa de educación formal del joven, y le brinda recursos para toda su vida, como la responsabilidad colectiva, el respeto por el otro, la solidaridad y el trabajo en equipo.