11 de Octubre de 2024
“Dios quiere que concentremos nuestros esfuerzos hacia los Pampas y los Patagónicos, y hacia los muchachos pobres y abandonados”, decía Don Bosco a Cagliero.
Si bien la temática misionera no estaba presente en las primeras constituciones aprobadas, el 28 de enero de 1875 Don Bosco anunció a los directores salesianos que había aceptado dos pedidos para enviar salesianos a Argentina, después de haber descartado solicitudes de otros continentes.
En 1876 insistía con don Cagliero sobre su objetivo: “Acuérdate siempre que Dios quiere que concentremos nuestros esfuerzos hacia los Pampas y los Patagónicos, y hacia los muchachos pobres y abandonados”.
Explícitamente Don Bosco expresó que la acción salesiana era prevalentemente misionera: “Las misiones en el extranjero han sido siempre una finalidad codiciada por la Congregación Salesiana”. En Argentina – primer país al que arribaron los salesianos fuera de Europa - el objetivo estuvo orientado hacia la evangelización de los aborígenes, en especial de la Patagonia. Las misiones salesianas de Argentina, como acción evangelizadora hacia los pueblos que no conocen la fe, tuvieron sus inicios en 1879.
No obstante, el campo de los misioneros fue más amplio que la acción entre las tribus originarias de la Patagonia o en La Pampa e incluyó a los inmigrantes italianos en las pequeñas y grandes ciudades y a pobladores campesinos de la zona cordillerana.
De esa forma, la acción misionera abarcó también la atención de inmigrantes y criollos a través de la creación de colegios, internados, escuelas agrícolas, centros de artes y oficios, hospitales, capillas y parroquias en ciudades grandes e incipientes o en pequeños poblados de la Argentina de fines del siglo XIX y principios del XX.
Las presencia misionera salesiana sigue vigente en el país mediante la atención a los migrantes de los países fronterizos, a los pueblos originarios en la Patagonia, el servicio educativo a niños y niñas y la formación profesional para jóvenes en todo el territorio argentino.
A dichas propuestas se suman las acciones de evangelización, la catequesis y actividades en parroquias, así como el acompañamiento de jóvenes en grupos y movimientos juveniles. La misión querida por Don Bosco sigue palpitando en Argentina en un nuevo contexto histórico y social.