26 de Agosto de 2020
En el centro Campito Centenario de la obra de Don Bosco, es tiempo de sembrar y cosechar en comunidad.
En la ciudad de General Pico, en La Pampa, el aislamiento obligatorio también tiene su cosecha. En el centro Campito Centenario de la obra de Don Bosco, la invitación a jóvenes y a familias fue aprovechar el tiempo para generar, en cada casa, una huerta familiar.
Ya sea en un patio, en un pedacito de tierra o en algunas macetas, numerosas familias se sumaron a la propuesta, que tiene el apoyo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria: una iniciativa que ayuda a la nutrición, cuida el bolsillo y gratifica los corazones.
En Pico, los adultos mayores también aprovecharon el tiempo en casa y desde abril llevan tejidas unas treinta mantas para las familias que las necesitan, así como también la comunidad procuró realizar y repartir tapabocas entre todos los chicos del barrio. Otros voluntarios colaboraron también con la recolección y reparto de alimentos y artículos de limpieza.
Tras varios meses de aislamiento, sembrar y tejer la esperanza en comunidad es una tarea cada vez más necesaria.