5 de Octubre de 2018
Un concepto que hace distintiva la propuesta pedagógica de Don Bosco es “amorevolezza”. Aunque más que un concepto, es una acción educativa.
Este término usado por Don Bosco es tan particular que para entenderlo hay que pensar más en actos que en palabras. Al carecer de una traducción exacta, el camino más certero para acercarse a él es deshilar sus distintas aristas.
Amabilidad
Es la versión más próxima del concepto, siempre que comprendamos este valor en su complejidad, como un afecto sincero, sostenido y profundo. Es una amabilidad que se demuestra y se manifiesta: “No basta amar a los jóvenes, es necesario que ellos se den cuenta de que son amados”, compartía Don Bosco.
Familiaridad
La propuesta pedagógica salesiana se caracteriza por la presencia del educador al lado de cada joven. Es fundamental que quien educa sea parte de las actividades, con sus oídos abiertos a escuchar, sus ojos atentos a observar y su voz dispuesta a guiar (la “palabrita al oído”).
La “amorevolezza” invita al encuentro fraterno y de amistad, desde el que se construye la confianza entre educador y joven. Esa confianza es producto del afecto, el cual florece en un clima familiar.
Alegría
La amabilidad, la confianza y el afecto se expresan desde la alegría. En la propuesta de Don Bosco el juego y la imaginación (artística, recreativa) tienen un valor esencial como ejes del aprendizaje y el desarrollo humano de cada joven.
Acción educativa
La “amorevolezza” es una relación educativa, cercana y afectiva. El trato amable y amistoso con el joven es una pedagogía: un vínculo que acompaña su formación humana y espiritual.
Educar, en el aula como en el patio, en la capilla y en cada ámbito donde se comparte con los jóvenes, “es cosa del corazón”.
Caridad pastoral
La “amorevolezza” implica un vínculo cristiano, un acercamiento fraterno que permite encontrar a Dios en cada joven. Razón-religión-amorevolezza constituyen el Sistema Preventivo, que anima a formar “buenos cristianos y honrados ciudadanos”
“Amorevolezza” es entregarse desde el corazón en acciones concretas. “Por ustedes estudio, trabajo, vivo: por ustedes estoy dispuesto a dar la vida", decía Don Bosco a sus muchachos.