8 de Mayo de 2018

Centro “Domingo y Laura”: formación para el trabajo y para la vida

El 25% de los jóvenes no consigue empleo. El Centro “Domingo y Laura” de Corrientes capacita para el trabajo, un eje para lograr acceder al mercado laboral.

El 25% de los jóvenes no consigue empleo. El Centro “Domingo y Laura” de Corrientes capacita para el trabajo, un eje para lograr acceder al mercado laboral. 1 de cada 4 jóvenes de entre 16 y 25 años no puede acceder a un trabajo en Argentina, según Adecco, siendo el sector más afectado por la problemática del desempleo.

“Cuando sea grande quiero ser…”

Si hay algo que es común en todos y cada uno de los chicos y chicas en su infancia es soñar con un trabajo y una profesión para cuando sean adultos.“¿Qué te gustaría ser cuando seas grande?” es una pregunta que suelen hacer los mayores a sus hijos, sobrinos y nietos. A lo que ellos responden “cuando sea grande quiero ser…”. ¿Pero qué pasa cuando el tiempo avanza? Para muchos ese sueño queda en el camino. Las oportunidades se hacen esquivas y no sólo no pueden cumplir esa expectativa que tenían de chicos: no consiguen tampoco otra ocupación. Es el 25% de jóvenes de nuestro país que no consigue empleo aunque lo busque, porque quiere trabajar.

Un espacio donde los jóvenes aprenden a hacer y a ser

En Don Bosco Argentina estamos convencidos de que la formación es un camino de oportunidades y el principal recurso para superar las barreras del mercado. El Centro salesiano “Domingo y Laura”, en Corrientes, ofrece formación para el trabajo para más de 230 alumnos. Sus 15 cursos, como el de reparación e instalación de aires acondicionados, auxiliar electricista, peluquería, cocina o carpintería representan diferentes opciones para poder capacitarse en un oficio. Lo que significa…

• Formar profesionalmente a los jóvenes, para que sepan resolver tareas laborales.
• Sostener la educación de quienes están fuera del sistema educativo formal o no logran insertarse en el mercado.
• Acompañar y promover su desarrollo personal.
• Lograr que cada uno descubra que es útil y capaz, siendo prevención ante consumos y actividades riesgosas.

La inserción social no es un slogan. Es una responsabilidad que se construye en base a oportunidades y a formar a los jóvenes para acercarlos al trabajo. Hoy esos más de 230 jóvenes que fueron chicos pueden decir “cuando sea grande quiero SER…” y construir ese sueño con sus manos.